jueves, 21 de noviembre de 2013

La oscuridad frente al huracán.

Una oscura tormenta llega
mientras se acaba el huracán.
Se oye tan sólo un triste lamento
que casi todo el mundo ignora,
menos mi niña, desde su altar.

Sólo me invade su oscuridad
y ella me alumbra, sin parar,
porque sabe que me irá genial.

Yo lo dudo, siento frío, miedo
que llena, ya, todo mi cuerpo.
Que recorre mi pensamiento,
que se mete por mis huesos 
y no sale, se queda dentro.

Hace días que ya no siento
lo que sentí por ése que 
tanto daño me ha hecho.
Hace días que de nuevo 
siento algo, por aquél que 
sí sabemos que lo merece.
Hace días que sólo quiero
decirle que lo quiero.

Maia

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